En el centenario luctuoso de Emiliano Zapata, organizaciones comunitarias
hacen un llamado al gobierno de AMLO a reorientar el rumbo y fortalecer a ejidos
y comunidades
· La mayoría de los cuerpos de agua, recursos
forestales, mineros, pesqueros, agropecuarios y de biodiversidad están en manos
de ejidos y comunidades y requieren apoyo para su desarrollo
· Es urgente detener la criminalización de
ejidos y comunidades por defender sus recursos
· El gobierno debe poner el ejemplo en
materia de derechos realizando consultas de buena fe, culturalmente adecuadas y
con los más altos estándares de nuestro marco jurídico
·
La
4ª. Transformación tiene la oportunidad de implementar una política clara hacia
ejidos y comunidades en materia de: marco jurídico agrario, financiamiento,
prevención de la criminalización y consulta y participación.
Ciudad de México, 09 de
abril de 2019. En el
marco del centenario luctuoso del General Emiliano Zapata, las organizaciones
comunitarias forestales agrupadas en la Red Mexicana de Organizaciones
Campesinas Forestales, Red MOCAF, hicieron
un llamado a la Administración Federal que encabeza el Presidente Manuel López
Obrador a romper con las inercias neoliberales y reorientar el rumbo de la
política para el campo apoyando de manera decidida a ejidos y comunidades como
está esperando mucha gente en el campo.
Gustavo Sánchez, Presidente del Consejo Directivo de la Red MOCAF señaló
que el legado de la lucha zapatista está vivo en los casi 32 mil ejidos y
comunidades agrarias que son la forma de tenencia de la tierra que abarca la
mayor superficie en el campo en México y que han resistido y sobrevivido a
décadas de políticas neoliberales orientadas a privatizarlos y el saqueo de sus
recursos naturales por parte de grupos privados, con la anuencia de muchos
gobiernos. La población en el campo espera que la 4ª. transformación detenga
esta tendencia y apoye el tejido social y comunitario.
Destacó que la mayor parte de bosques, selvas, pastizales y matorrales,
recursos minerales, cuerpos de agua y terrenos costeros están en terrenos
ejidales y comunitarios por lo que enfrentan de manera constante las ambiciones
privatizadoras o de saqueo. Estos núcleos agrarios han sido la barrera social
que ha impedido mayores niveles de deforestación, contaminación o extracción de
materiales del campo mexicano por parte de intereses privados y esta
administración tiene la oportunidad de marcar la diferencia, pero aún no se ve
una voluntad política clara al respecto, incluso hay aspectos preocupantes que
se parecen demasiado a las políticas neoliberales.
Al respecto ejemplificó que los principales programas para el campo que han
iniciado en esta administración y que se concentran en las Secretarías de
Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y en la Secretaría del Bienestar, sólo no
consideran a los ejidos y comunidades agrarias como sujetos colectivos para
apoyos, sino que han profundizado la individualización de los apoyos que ya se
venía dando en anteriores administraciones. Paradójicamente esta política se
parece demasiado al impulso a la privatización del sexenio de Salinas de
Gortari.
Al respecto, Carlos Pérez Sebastián, Presidente del Consejo de Vigilancia
de Red MOCAF señaló que con más de 30 años de experiencia en ejidos y
comunidades puede afirmar que el apoyo a nivel de núcleo familiar es bueno pero
que debe complementarse con apoyos para la gestión del territorio ya que hay
aspectos como el ordenamiento comunitario del territorio, el control de plagas,
los incendios, el combate a la erosión y degradación de tierras que no se puede
hacer con apoyos individualizados, eso sólo va a contribuir a debilitar la vida
ejidal y comunitaria.
Destacó que las organizaciones forestales comunitarias están convencidas de
que se debe conmemorar el centenario de la muerte de Zapata, pero si no se
apoya de manera decidida a su legado que son los ejidos y comunidades, todos
los homenajes, las concentraciones frente a monumentos, las guardias de honor y
las cabalgatas, son rituales vacíos. Agregó que si no se previene la
criminalización de la defensa de los territorios, con cada nuevo defensor de la
tierra asesinado o agredido estamos presenciando de nuevo la traición a Zapata,
sin hacer nada al respecto. Puntualizó “…los símbolos son importantes, pero lo
fundamental es a quién se apoya con las políticas públicas”.
Gustavo Sánchez indicó que una política hacia el campo que sea congruente
con el espíritu zapatista debe tener a los ejidos y las comunidades como eje
fundamental y que se exprese en:
1.
Fortalecer
el marco jurídico agrario revirtiendo la reforma de 1992 que pretendía
privatizar las tierras de ejidos y comunidades.
2.
Impulsar
una política de apoyos gubernamentales al ejido y comunidad como sujetos
colectivos y eliminando las restricciones legales y administrativas para el
acceso a créditos especialmente diseñados para sujetos colectivos.
3.
Ratificar
el Acuerdo de Escazú e implementación del mismo para contar con una política de
prevención a la criminalización de los defensores de los territorios. Los mapas
de conflictos socioambientales ya existen, lo que se requiere es el diseño e
implementación de salvaguardas efectivas.
4.
Participación
y consulta culturalmente adecuada, de buena fe y con los más altos estándares.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador debe poner el ejemplo
con consultas sobre los proyectos de infraestructura que está impulsando, como
el tren Maya, que respeten los derechos de los pueblos, los ejidos y las
comunidades, deben dejarse de lado aproximaciones o simulaciones a lo que debe
ser una consulta.
Gustavo Sánchez indicó que así como el Presidente señala continuamente que
en materia de transparencia y lucha contra la corrupción el Presidente y los
funcionarios deben poner el ejemplo y barrer las escaleras de arriba hacia
abajo, en materia de derechos de ejidos, comunidades y pueblos también el
Presidente y los altos funcionarios deben poner el ejemplo con consultas que
cumplan los más altos estándares de derechos de nuestro marco jurídico, como es
el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Si el Presidente respeta los derechos de Pueblos, de comunidades y de
ejidos, estará enviando un mensaje claro a los grupos privados que presionan
por tener acceso a los recursos que ellos resguardan: que cualquier inversión
que no respete los derechos no será viable y tendrá altos costos sociales,
ambientales y económicos y un alto riesgo de perderse.
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